Anécdotas de una hija primeriza

Era mi primera vez como hija de Angie. ¡Cómo iba a saber yo en lo que me estaba metiendo! Después de un tiempo, encima me entero, no había posibilidad de cambio. Y así fue que pasé ya 28 años como hija de Angie… o como víctima de una madre primeriza.
Por supuesto que esta situación trae acarreada mil anécdotas, todas buenas. Como ella, toda buena.  Como que te prepare una torta de cumpleaños con sal, en vez de azúcar. Que guarde los botines de papá en el freezer, pensando que eran milanesas. O que te ponga unas gotitas en el oído durante una semana, cuando en verdad era un remedio para tomar. Que te haga pasar papelones en una heladería marplatense, bien top por supuesto, (ella no frecuenta otras de más bajo nivel), en pleno Enero, pidiéndole al heladero el helado más chiquito, más barato… en el cucurucho más grande, más caro. Todavía no entendemos por qué el tipo dijo que no podía, por qué la gente la miraba, mientras ella gritaba horrorizada en medio del local… sola. Porque todos nosotros ya habíamos escapado con cara de me-equivoqué-de- lugar.             También es conocida por mis amigas como “la mamá de las tartas líquidas”. Y también la mamá periodista. Puede obtener los mejores detalles luego de interrogarte con preguntas tales como: quiénes fueron a la fiesta, qué se pusieron, con quién hablaron, qué le dijo, qué le contestó, por qué, y ahora cómo está; quiénes no fueron y por qué; fuiste al baño, cuántas veces, fuiste sola, con quién te encontraste en el baño, y cuando saliste qué hiciste… y otro millón más.  Si yo me negaba a contestar, haría un segundo intento con mis amigas, o conmigo…solo 5 minutos después. Por supuesto que en Chascomús la conocieron antes que a mi. Solo 3 días antes del casamiento preguntando por una mesa para comprar me dicen: Ah! Vos sos la que se casa, que vas a vivir acá enfrente, a tu mamá le encantó esta mesa… ya me contó todo. Bienvenida al barrio!
Pero como víctima de esta madre primeriza esto no es lo que más recuerdo. Bueno, solo si quiero reírme un poco y saber cómo seré yo en el futuro…
Lo que más recuerdo de ser víctima, es saber que tengo la “mamá re copada”, la que daba mil clases particulares para comprarme ropa de moda, la que relajaba mis nervios con un “¡no estudies más!”. La que me enseñó a decir “apple” con la boca bien abierta. La que incentivó todas mis amistades. La que me enseñó las únicas recetas que sé.  Me trasmitió su don de la enseñanza. Me inculcó la espiritualidad, escuchándola rezar el rosario a diario, con amigas o sola. La perseverancia, la generosidad, la alegría, y la fidelidad.
¡¡¡Después de todo, no me fue nada mal como hija primeriza!!!

FELIZ CUMPLE MAMÁ, POR UNA MADRE PRIMERIZA 50 AÑOS MÁS!
LUCHI.-
(Corresponsal desde Chascomús)

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